
Con la llegada del COVID-19 las empresas han tenido que marcar nuevas pautas de gestión y apostar por el tele-trabajo para determinados puestos. Una vez superado el estado de alarma, la reorganización y adaptación de la plantilla a este nuevo escenario ha sido esencial.
La mayoría de las organizaciones han implementado un protocolo para que la vuelta a la oficina sea lo más segura posible para todos los colaboradores y clientes y que, en caso de rebrotes, la productividad de los empleados no se vea afectada. Por eso, sobretodo el sector bancario, apostó por un formato de trabajo híbrido.
¿Qué es el trabajo híbrido?
Aunque muchas empresas han apostado por el teletrabajo durante el confinamiento, lo cierto es que la gran mayoría todavía no se ha animado a implantar el trabajo remoto al 100%. Por eso para la vuelta de las vacaciones y a la nueva «normalidad», muchas organizaciones están planteando proponer una formula de trabajo intermedia que incluya el trabajo presencial y el tele-trabajo.
Por lo tanto, con el termino «trabajo híbrido», hacemos referencia a un modelo que permite al empleado trabajar en la oficina durante una parte del mes laboral y el resto desde casa.
Según el informe de Adecco a un 77% de los empleados les gustaría combinar el trabajo a distancia con el presencial. Como afirma RRHHDigital este modelo de trabajo permitiría a los empleados «seguir disfrutando de un mayor grado de conciliación de la vida personal y laboral evitando los desplazamientos al lugar de trabajo.»

Modalidad de trabajo híbrido
Son diferentes las formulas de trabajo híbrido que se pueden adoptar:
- División de la jornada laboral en dos: la mitad del día se trabaja desde la oficina y la otra mitad desde casa . En este caso el trabajador se desplazará todos los días a su lugar de trabajo pero tendrá una mayor flexibilidad horaria.
- Repartiendo los días de la semana: unos días se trabaja desde la oficina y los otros desde casa.
- División del mes: se divide cada departamento en grupos. Un grupo trabaja una semana o dos semanas desde la oficina y el resto desde casa. Los grupos van rotando. En este caso, además de garantizar una mayor flexibilidad para los empleados, reducimos el riesgo de tener que cerrar las instalaciones en el caso de sufrir un rebrote.
Consejos para la implantación del trabajo híbrido
Para que ésta modalidad de trabajo funcione se tendrá que comunicar el objetivo de la misma a todos los colaboradores y definir de manera clara los días de trabajo remoto y los días de trabajo presencial. Además habrá que asegurar que cada empleado cuente con las herramientas necesarias para poder trabajar correctamente desde su casa.
Algunos tips:
– Publica un calendario online con los turnos. Es importante que todos sepan qué persona está tele-trabajando y quién no. Para ello, hacer uso de un calendario online, al que tengan acceso todos los miembros del equipo, es la mejor opción.
– Organiza reuniones presenciales de forma periódica: Éste tipo de reuniones son muy importantes, ya que, en ocasiones, la falta de contacto físico »aleja» a los compañeros y gracias a estos encuentros se promoverá de nuevo la vinculación social, y se reforzará la cultura de la empresa, entre otras cosas.
– Organiza el trabajo diario y semanal en base a objetivos cumplibles y medibles a lo largo del tiempo. Si lideras a un equipo es muy importante fijar objetivos semanales y realizar un seguimiento de los mismos. Hay diferentes plataformas como Trello y Planner que pueden ayudarte en este reto.
– Utiliza chats sociales para estar en contacto con los compañeros: Skype, Teams o Slack son algunas opciones para estar en contacto rápido y directo con tus compañeros durante las horas de trabajo. Para evitar que cada persona utilice una herramienta diferente es necesario marcar desde la Dirección o el Departamento IT cuál será la herramienta de comunicación interna y proporcionar una formación de la misma.
Ventajas del trabajo híbrido
Sin duda ésta modalidad aprovecha las potencialidades de los dos sistemas: el contacto físico para crear equipo y mejorar la conexión entre los miembros y la conciliación laboral y personal y la libertad de horarios.
Además es una óptima opción para asegurar el correcto funcionamiento en caso de rebrote en empresas que prestan sus servicios de forma presencial. Dividiendo la plantilla en dos grupos diferentes, así, en caso de tener que confinar los empleados por un caso positivo en la empresa, habrá otro grupo que podrá trabajar de manera presencial.
La desventaja de este sistema es que no permite el ahorro de costes tan perseguido por algunas empresas. Pero ese déficit se puede suplir con un incremento de la productividad en un equipo cohesionado y unido, pero también con la libertad y flexibilidad suficiente para afrontar con más fuerza los objetivos marcados.
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