Con la nueva reforma laboral sobre la Ley de Control Horario, entró en vigor la extensión del derecho a la adaptabilidad de la jornada laboral a todos los trabajadores.
¿Qué regula la Ley de Control Horario?
«La nueva regulación, que entró en vigor el pasado 12 de mayo, establece qué, las organizaciones deberán garantizan el registro horario de la jornada laboral de sus trabajadores, que además, deberá incluir el horario de inicio y fin de la jornada de cada empleado.».
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Por lo tanto cada empresa tendrá que instaurar un sistema que permita a sus colaboradores fichar las horas trabajadas.
Los datos recogidos por el sistema de registro implantado deberán ser conservados durante cuatros años y tendrán que ser accesibles a los trabajadores, a su representación legal y a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
No cumplir con cuánto previsto por la Ley de Control Horario es considerado como una infracción grave, con multas que abarcan entre los 626 y los 6.250 euros, dependiendo de la calificación de su gravedad.
¿Qué es la jornada a medida?
La nueva ley, incluye que cualquier trabajador pueda solicitar una adaptación de su jornada, ya sea en términos de flexibilidad horaria, cambio de turnos o, incluso el tele-trabajo, sin necesidad de reducción del horario o salario.
La norma establece que cualquier empleado puede solicitar un ajuste de horario y la empresa tendrá un plazo de 30 días, entre el cual tendrá que aceptar la propuesta, plantear alternativas o rechazarla.
En caso de rechazo, la empresa se verá obligada a justificar su decisión aportando las razones que la sustenten.
«En el caso de que el trabajador no esté de acuerdo con los alegatos de rechazo, podrá recurrir ante un juez sin necesidad de conciliación previa.»
El objetivo de la medida es consolidar el derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral de todos los trabajadores.
Sin duda esta nueva normativa no será fácil implantación y supondrá unos retos importante para cualquier compañía.
¿Qué impacto tiene esta nueva aplicación laboral?
Es una norma de un calado profundo a nivel organizativo y económico, que no se está preparando en las mayorías de las empresas.
La consolidación del derecho a la adaptación de la jornada no será solamente una cuestión de organización interna, sino que implicará un cambio de cultura y de entender la relación empresario-trabajador.
Al mismo tiempo supondrá un incremento de coste por las empresas, ya que se deberán aprobar jornadas a la carta.
Las consecuencias en el corto plazo serán:
- Incremento conflictividad y por consecuencia una menor productividad.
- Situaciones litigiosas que conllevarán acuerdos indemnizatorios.
- Incremento de costes, si se adecua jornada laboral en función solamente de las necesidades personales sin tener en cuenta las necesidad requeridas por el puesto.
Sin duda esta nueva normativa implicará un reto importante para cualquier compañía pero es un paso adelante para lograr la equivalencia de responsabilidades entre hombres y mujeres, una mejor conciliación laboral y familiar y calidad de vida más alta.
Lamentablemente pocas empresas están preparadas para la aplicación de la nueva normativa.
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